
EL ARTE DE FRENAR ANTES DE QUEBRARSE
¿De qué sirve sostener el éxito si tu cuerpo y tu maternidad te recuerdan que la pausa también es sabiduría?
Soy médica anestesióloga y algunos de mis recuerdos más nítidos de desconexión con mi cuerpo y con mi vida sucedieron en un quirófano.
Durante mi primer embarazo, mi cuerpo pedía pausa, pero la vida me exigía carrera. Tres veces por semana hacía guardias maratónicas, dormía con un oído despierto, y si el teléfono sonaba, salía disparada.
Recuerdo sentir contracciones en plena cirugía, el cuerpo entumecido, y aun así seguía adelante. Creía que ese era mi deber.
No me permití conectar con mi embarazo, lo que mostraba cuán disociada estaba de mi propia naturaleza.
Me aferraba con fuerza a lo que conocía: mi carrera, mi identidad de siempre. Lo demás apenas ocupaba los espacios vacíos que quedaban libres.
Y fueron circunstancias externas, más grandes que mi voluntad, las que me dejaron fuera del sistema laboral durante un año, después del nacimiento de Emma.
En aquel momento lo viví como una interrupción no deseada. Hoy, a la distancia, lo miro con gratitud: fue un aprendizaje maestro y la conexión más profunda con mi hija. Había llegado a mi vida mi pequeña gran maestra.
💭 A veces el cuerpo nos detiene para mostrarnos lo que el alma ya sabe.
El cuerpo como guardián de la verdad
Clarissa Pinkola Estés, autora de Mujeres que corren con los lobos, lo resume así:
“El cuerpo es el guardián de la verdad: cuando no se lo escucha, se enferma para que lo atendamos.”
Yo lo comprobé en carne propia: lo que no se encarna en el cuerpo, lo que no se siente en la piel ni en las entrañas, no logra transformar de verdad.
La llegada de Emma me abrió los ojos y me inspiró a buscar una manera más amable de vivir.
De pronto entendí que el sistema laboral no estaba pensado para criar con presencia, para acompañar a un hijo con el tiempo y la entrega que merece.
Mis ideas empezaron a ir en contra de lo esperado. Empecé a cuestionar lo que siempre había dado por sentado.
Y en medio de ese vértigo, fue mi hija la que me dio la valentía de elegir distinto, de priorizar lo que realmente importaba para las dos.
✨ A veces el cambio más profundo empieza con una renuncia que parece pérdida.
La biología de la pausa
La medicina lo confirma: el cuerpo nunca miente.
Cuando se lo fuerza demasiado, responde con señales que parecen pequeñas pero son profundas: insomnio, taquicardia, tensión muscular, fatiga persistente.

✔ Neurociencia del estrés: la hiperexigencia estimula circuitos dopaminérgicos de recompensa inmediata (tachar pendientes, cumplir tareas), pero al mismo tiempo reduce serotonina y oxitocina, las moléculas que sostienen calma, conexión y resiliencia.
✔ Epigenética del agotamiento: cada guardia sin descanso, cada noche interrumpida, son señales que se imprimen en la expresión de los genes. El estrés crónico altera procesos de reparación celular, acelera el envejecimiento biológico y debilita la inmunidad.
✔ Hormonas femeninas: el cortisol elevado interfiere en la regulación del ciclo menstrual y la producción de estrógenos, impactando en energía, fertilidad y calidad de vida.
💡 El cuerpo me detuvo para enseñarme lo que yo no quería escuchar: no se puede vivir siempre en modo urgencia.
La trampa del “alto valor”
Nos dicen que debemos brillar, destacar, liderar, cumplir estándares ajenos.
Que nuestro valor depende de logros y resultados.
Pero ser mujer ya tiene valor en sí mismo. No necesita condimentos externos.
El verdadero valor está en cuidarnos, en escucharnos, en habitar nuestra vida con coherencia interna. Todo lo demás son voces externas que terminan alejándonos de nosotras mismas.
Abandonar cualquier estándar impuesto, aunque venga con etiqueta de empoderamiento, nos devuelve nuestra libertad.
Nos permite habitar nuestra vida con respeto y con la certeza de que lo que nos hace valiosas no se mide: se vive, y huele a paz.
💭 El verdadero brillo nace del equilibrio, no de la exigencia.
Pausa como estrategia de regeneración
No se trata de renunciar a la vida profesional, sino de reconocer que el descanso también es parte del rendimiento.
Hack regenerativo: microdescansos de 5 minutos con respiración consciente activan el nervio vago y restauran el equilibrio del sistema nervioso.
Hack hormonal: respetar ciclos de sueño regulares optimiza la producción de melatonina, hormona que no solo regula el descanso, sino también la reparación celular y la longevidad.
Hack epigenético: dedicar espacios de silencio sin pantallas es una señal positiva para tus genes: activa rutas de reparación y reduce inflamación.
✨ No es pereza. Es biología aplicada a la vida real.
Antes de despedirme...
La llegada de Emma me mostró que no siempre elegimos las pausas, pero que esas pausas pueden salvarnos.
Que la vida no se mide por la cantidad de logros acumulados, sino por la calidad de presencia que llevamos dentro.
👉🏼 Te pregunto: ¿qué pausa te estás negando, aunque tu cuerpo ya la está pidiendo?
Porque sostener el éxito a cualquier precio es insostenible.
El verdadero crecimiento está en escuchar el cuerpo, honrar la pausa y transformarla en sabiduría.
Quiero leerte 🌸
¿En qué parte de tu vida sentís que necesitás una pausa, pero todavía no te la estás permitiendo?
¿Qué pasaría si dejaras de resistirla y la tomaras como una estrategia de evolución, no como una debilidad?
💡 LAS PAUSAS NO NOS QUITAN PODER. NOS DEVUELVEN PRESENCIA.
💌 Te abrazo,
🪶 Te leo en los comentarios, para conocer tu experiencia y de qué temas te gustaría que hablemos en las próximas entregas.